Traducido por: Omar Alvarez Valencia
A medida que muchas personas comienzan a reconocer plenamente la gravedad de la reciente inauguración, queda claro que Donald Trump será presidente de un solo grupo demográfico: los hombres blancos heterosexuales.
Las opiniones descaradamente racistas, sexistas y homofóbicas de Trump han quedado claras desde el primer día, pero después de ganar un segundo mandato como presidente, este favoritismo será cada vez más prevalente.
El tema del Mes de la Historia Negra de este año es Los afroamericanos y el trabajo. El tema “pretende fomentar reflexiones amplias sobre las intersecciones entre el trabajo de los Negros y sus lugares de trabajo” durante la historia “y en todo Estados Unidos, África y la diáspora”, según el sitio web.
Aunque el resumen del tema de este año entra en muchos más detalles sobre la importancia del tema, no es necesario leer el documento completo para ver inmediatamente la división entre él y las filosofías de Trump.
Trump ha recibido el apoyo de múltiples personas, tanto en el pasado como en el presente, que han sido abiertamente racistas. Jared Taylor, editor de “American Renaissance”, dijo en 2016: “Les insto a votar por Donald Trump porque él es el único candidato que señala que debemos aceptar inmigrantes que sean buenos para Estados Unidos. No necesitamos musulmanes. Necesitamos gente blanca inteligente y bien educada que se asimile a nuestra cultura”.
Aunque esto fue hace nueve años, todavía demuestra que Trump ha pasado toda su carrera presidencial siendo apoyado por personajes cuestionables. Sus elecciones a su gabinete no hicieron más que agravar esta situación.
Su secretario de Estado elegido, Marco Rubio, es un senador de Florida de triste fama. Rubio tiene un sólido historial de comentarios y políticas racistas, incluido el de calificar la teoría crítica de raza como “adoctrinamiento de inspiración marxista”.
“Enseñar a los estudiantes que son parte innata de una clase opresora o de una clase oprimida es parte de la agenda radical de la izquierda para reescribir la historia de Estados Unidos”, dijo Rubio.
Además, Rubio defendió a un encuestador expuesto por estar vinculado a grupos nacionalistas blancos y comentarios racistas. Claramente, a Trump no le preocupa la historia racista de sus miembros designados.
Robert F. Kennedy Jr., el candidato de Trump para secretario de Salud y Servicios Humanos, tiene su propia serie de problemas que van mucho más allá del racismo. El aspecto más discutido de sus ideologías políticas han sido sus opiniones antivacunas, pero también ha mostrado racismo en múltiples ocasiones.
En un caso, Kennedy se refirió a un hombre negro y a un hombre multirracial como “maleantes”, un término estereotipo utilizado para describir a los negros. Además, afirmó durante la pandemia de COVID-19 que el virus se dirigió a razas y etnias específicas y no afectó a otras.
Finalmente, JD Vance, vicepresidente de Trump, ha sido parte de una multitud de comentarios problemáticos, incluyendo decir que la gente de izquierda usa el racismo como un “garrote para callarnos y hacer imposible quejarse de problemas obvios”.
Aunque estos son sólo algunos ejemplos de personas que Trump ha designado para dirigir el país, está claro que no está tomando en cuenta las vidas y el bienestar de las comunidades minoritarias, especialmente los negros.
Durante su campaña, cuestionó si su oponente, la exvicepresidenta Kamala Harris, era realmente negra.
“No sabía que era negra hasta hace varios años, cuando se volvió negra y ahora quiere ser conocida como negra”, dijo Trump. “Entonces, no sé, ¿es negra o india?”
Esta afirmación, problemática en varios sentidos obvios, deja vergonzosamente clara la falta de educación y atención de Trump en torno a la raza.
El resumen del tema del Mes de la Historia Negra de este año detalla la importancia de la historia afroamericana en los EE. UU., así como las muchas contribuciones que su trabajo ha hecho a la fundación y el crecimiento del país.
“Las contribuciones de los afroamericanos al paisaje construido se pueden encontrar en cada parte de la nación, ya que construyeron y diseñaron algunos de los ejemplos más emblemáticos del patrimonio arquitectónico del país, específicamente en el Sur”, dice el resumen.
El Mes de la Historia Negra debería ser un momento para celebrar la cultura negra, la excelencia y el tema laboral de este año. Desafortunadamente, los próximos meses los pasamos lamentando la idea de un presidente para todas las personas, no sólo para un grupo demográfico específico.
La elección de Trump para un segundo mandato es un ataque directo a todas las comunidades minoritarias de este país; no está fuera de lugar guardar resentimiento hacia quienes votaron a favor de su regreso al cargo. Sin embargo, no toda esperanza está perdida.
El hecho de que Estados Unidos tenga un presidente intolerante, racista, homofóbico y sexista no significa que los ciudadanos tengan que hacer lo mismo. Ahora, y durante toda la celebración de la historia negra, es más importante que nunca defender lo que uno cree, mantener la cabeza en alto y celebrar a las minorías que continúan mejorando este país.