Escrito por: Anna Kate Mock
Existe un exceso de material cliche sobre la experiencia universitaria disponible en innumerables películas y programas de televisión. Un tema común dentro de estas historias es que rara vez muestran a los estudiantes asistiendo realmente a clases o haciendo tareas, y en cambio eligen enfocarse únicamente en los aspectos sociales.
Si bien esto es importante por sí mismo, también puede alimentar la cultura de fiesta y normalizar la toma de decisiones pobres, si no peligrosas. Mi principal consejo para cualquier estudiante de primer año que ingrese es desechar cualquier idea preconcebida que tenga sobre la universidad y descubrirla por sí mismo.
Al entrar a la universidad por primera vez, puede sentirse como si hubiera una enorme presión por encajar con tus compañeros. Es fundamental entender que nunca debes comprometer tus valores para lograrlo. La verdad es que las personas a las que deberías permitir entrar en tu vida son aquellas que te apoyan sin reservas en convertirte en la mejor versión de ti mismo.
Como alguien que entró la universidad sabiendo que no quería beber alcohol ni ir de fiesta, temía sentirme increíblemente aislado, o como un extraño extremo. Por suerte, pude encontrar personas afines que compartían mis intereses y valores.
Puede que no siempre lo parezca, pero las personas adecuadas están ahí afuera. Todos a tu alrededor están viviendo la universidad por primera vez, así que busca gente en la que puedas apoyarte —ya sea en las clases o en los clubes— y tu tiempo en la escuela será mucho mejor.
Nada de esto pretende menospreciar a quienes quieren salir de fiesta. Sin embargo, me siento obligado a señalar que beber en exceso y salir casi todos los fines de semana terminará por afectar seriamente tu mente y tu cuerpo. Y, además, te distrae de aquello por lo que estás pagando una gran cantidad de dinero: un título universitario.
El consumo excesivo de alcohol y su vínculo con la experiencia universitaria de primer año es una norma social increíblemente peligrosa que casi nunca se cuestiona. Parece incluso que existe la expectativa, por parte de los demás, de que ir a la universidad equivale a beber siendo menor de edad y asistir a fiestas de fraternidad.
Sin embargo, hay una diferencia significativa entre abrazando tu independencia y casi provocar una intoxicación alcohólica. Puede que no lo parezca, pero construir una red sana de amistades, cuidar tu cuerpo y nutrir tu salud mental te hará mucho más feliz a largo plazo que las fiestas excesivas.
En definitiva, es saludable querer experimentar un poco al mudarte a un lugar nuevo y al entrar en una etapa emocionante de tu vida. Para usar palabras que nadie quiere escuchar, la moderación es la clave. Aunque la universidad sea un período breve en tu vida, también es una oportunidad para comenzar a forjar una vida a tu manera. Es un tiempo en el que puedes formar distintos hábitos y probar nuevas experiencias con el respaldo de toda una comunidad que te rodea.
Por último, ve a clases. Sé que lo académico quizá no sea el enfoque principal para todos los que ingresan a la universidad, pero aun así merece tu atención y dedicación sinceras. No aprenderás nada si dependes de atajos o trabajos derivados para salir adelante. Como estudiante, es posible divertirse y al mismo tiempo sacar buenas notas. Una vez que te adaptas a la vida universitaria, aprendes que crear un equilibrio y saber cómo priorizar es una parte esencial de la adultez.
Y recuerda, si alguna vez estás pasando por un momento difícil, hay personas en tu entorno en App State que están listas y dispuestas a ayudarte. Esta etapa de tu vida es una transición enorme, así que es totalmente saludable apoyarte en otros, ya sea tu familia o profesionales de la salud mental.